Ir conduciendo con un coche y que la policía te haga una parada de estas de película. De esas donde se te cruzan en un cruce, te cortan el paso, te desvían… A mi me ha pasado viniendo de la universidad. A mi me han desvalijado el coche, levantándomelo todo. A mi me ha pasado ir caminando por el puerto y que la policía baje de su coche para pedirme el DNI. Es muy fuerte salir de casa de una amiga y que te pregunten “¿Por qué sacas tu coche de su parquing?”, “¿Qué haces aquí?”.Todo esto te remueve por dentro, te hace no sentirte de aquí.
Los gitanos llevamos 600 años en España y todavía 6 de cada 10 gitanos son identificados. Es un numero muy elevado. Y esto duele y marca. Hemos sido identificados desde hace mucho tiempo. Cuando llegamos a España todo estaba muy bien, éramos muy graciosos porque veníamos de fuera, teníamos muchos colores, música y animales. Pero al cabo de un tiempo dejamos de gustar y se empezaron a hacer muchas políticas y muchas leyes en contra del pueblo gitano. Para que dejáramos de ser gitanos, para tenernos controlados, para saber dónde estábamos, para tener un registro nuestro. Hasta el año 75 teníamos el famoso reglamento de la Guardia Civil, que obligaba a todos los gitanos a estar inscritos en un registro. Mi padre estuvo inscrito, a mi madre, por ser paya catalana que se casó con un gitano andaluz, le obligaron a registrarse. Imaginaros la situación.
Esto nos pasaba antes y aunque en el 78, en teoría, ya no se podía hacer esto, se continúa haciendo de otras maneras. Nos siguen identificando. Y duele porque no te acabas de sentir de aquí. Es muy triste porque estamos aquí, trabajamos aquí, nos formamos aquí, nuestros hijos son de aquí, nuestros compañeros son de aquí… Y duele que la policía que tu estás pagando con tus impuestos no te cuide. Que en vez de cuidarte les tengas que tener miedo, que en vez de volver a casa por la noche por un camino vuelvas por otro porque te da miedo que te paren.
Estuve mirando algunos datos del 2013*, donde se demuestra que 6 de cada 10 gitanos han sido identificados en la calle. Un 37% de los gitanos son identificados en vehículos. Tu vas con el coche y te piensas que es aleatorio, que están parando a todo el mundo. Pero, ostras, no. Los que más se paran por ir conduciendo somos los gitanos. Y ya no es que te paren en un control, porque a mí en un control no me han parado nunca. Y me han parado con el coche más de 4 o 5 veces en la vida. Y es muy triste que te paren en el coche y estés con otras personas gitanas y ver cómo te tratan, decirte: “Dónde vas?”, “¡Ábreme el maletero!”, “¿Qué tienes ahí?”, “¿Esa carpeta de qué es?”, “¿Qué estudias?”, “¿Qué estás haciendo?”. Y que luego te paren en compañía de personas que no son gitanas y que te traten muuuy muy bien: “Perdona tienes las luces largas puestas”, digo “Lo siento, le habré dado sin querer”, “Tranquila, tranquila, no pasa nada, continúa, se quitan así”.
Es muy bestia ver todo esto. Y a los que no les pase, les parecerá que son cosas puntuales. Pero es que en mi casa somos siete hermanos y nos han parado a todos. A todos. A mi padre también. A mi hermano han llegado a desmantelarle el coche cuatro veces en un día. Y esto te frustra. Y luego dices: “Para qué intento yo esforzarme en tener una vida normal, en trabajar, en estudiar, en relacionarme con la gente, si luego me va a pasar esto constantemente?”. Voy a llegar tarde al trabajo y luego dirán: “Uy, es que los gitanos siempre llegan tarde, se duermen, no quieren trabajar”. Pues no, nosotros sí que queremos, pero sufrir eso duele y te hace sentir mal.
Volviendo a los datos* si vemos las veces que han parado a las personas en los dos últimos años: un 30% de los gitanos ha estado parado una vez; dos veces, un 18%; tres veces, un 20%; cuatro veces o más, ¡un 42%! Y esto cansa. Mucho. Somos 10 veces más identificados que las personas caucásicas europeas.
¿Y esto, por qué se hace? ¿Para disminuir la criminalidad del pueblo gitano? Porque supuestamente somos más criminales, como dice alguna noticia que corre por allí del Sindicato de Policía. Realmente no van a parar así la criminalidad, identificando a gente aleatoriamente por la calle. Se está utilizando la etnicidad, la nacionalidad, como un indicador delictivo. Nosotros no somos delincuentes por lo que somos. Parece que criminales sea lo único que podemos llegar a ser. Parece que estemos todavía en las teorías del positivismo italiano clásico que decía que según lo abultada que tenías la frente eras más criminal o menos. Esto se estudia en primero de Derecho y te dicen que es una tontería. Pero es que todavía sigue pasando. Cuando te leen como gitana, cuando te leen como africano, cuando te leen como latina, como paquistaní o como marroquí. Y tu no te puedes quitar esto, no es como el que dice: “A mi me paran porque llevo rastas”, pero cuando eres grande te las quitas y ya está. Pero yo no me puedo quitar lo moreno que tengo.
Deberían fijarse en las conductas sospechosas individualizadas, de una persona en concreto y no de todo un colectivo. Porque, ¿Qué se acaba consiguiendo con detener a todo un grupo de personas? Pues eso provoca que no confiemos en la policía, que no quiera ir a denunciar a la policía porque pienso que me van a poner trabas, que no se fían de mí, porque me hablan mal, porque me tratan como si fuera una ignorante… Te acaba creando una sensación de injusticia: ¿Para qué voy a denunciar?
Como comentaba Rosalind Williams, ella llevaba desde el 1992 invirtiendo mucho tiempo en cambiar las cosas. Y parece que todo esto sea una pérdida de tiempo. Es como cuando vas a una discoteca y no te dejan entrar por lo que eres. ¿Para qué voy a perder yo el tiempo denunciando cuando yo lo que quería era divertirme? ¿Para qué voy a perder yo el tiempo enfadándome con un policía cuando seguramente voy a ser yo la que va a salir perdiendo? ¿Para qué, si luego el juez que juzgue esto no sabrá nada del pueblo gitano ni conocerá lo que nos pasa?
¿Y qué más se consigue? Pues según un estudio que hemos hecho en Sant Adrià, en la Mina, sobre cómo se sentía la gente del barrio, hemos llegado a la conclusión de que la gente no salía del barrio porque no se sentía segura fuera. Porque fuera de ese barrio, muy guetificado, donde hay mucha población que venía de las barracas de las playas Barcelona, les miraban mal, les paraban constantemente. Entonces, así lo que se consigue es que esa gente no salga del barrio, que esos niños no vayan a estudiar fuera del barrio. Por cierto, es muy triste vivir en un barrio donde ya no hay educación superior que te permita seguir estudiando. Así se consigue que esas personas accedan a trabajos muy precarios, que tengan mucha necesidad. Y todo por tonterías como que al salir de su barrio se sientan mal porque les paran y les miran mal.
Quiero hacer un llamamiento a los cuerpos de seguridad y decirles que lo que se consigue con esto es que rompamos la relación. Que, de hecho, tenemos que estar juntos: vosotros tenéis que defendernos a nosotros y nosotros también tenemos que colaborar con vosotros en lo que sea necesario.
Espero que algún día cuando alguien denuncie porque le pase esto no se vaya con la idea de “el que pierde soy yo”, porque nosotros sólo queremos un mundo mejor para la gente que viene detrás nuestro.
Noemí Fernández Navarro, activista gitana y coordinadora del servicio de mediación y de asesoramiento jurídico de FAGIC
Mira la intervención entera de Noemí Fernández en la conferencia “Perfil étnico: distintas generaciones, mismos derechos vulnerados”, 23/11/2017, del minuto 26:45 al minuto 37:08: https://youtu.be/986NMYIKBog?t=26m45s